Cine, sectores populares y gestión popular de las salas de exhibición

A inicios del siglo XX el cine era poco más que una muestra exótica de variedades en una feria de diversiones. Las cintas, en su gran mayoría importadas de Francia, no estaban sujetas a derechos de propiedad intelectual. Fueron condiciones que las hicieron propagarse por todos lados.

El cinematógrafo se masificó en el país gracias a gestores que poco tenían que ver con la cultura dominante: en «biógrafos» improvisados en carpas o montados en bodegas arregladas para la ocasión, proyectaban imágenes generalmente conflictivas para la élite. Ir al biógrafo era de costo mínimo, atrayendo masivamente a los sectores populares: hacia 1914, un boleto de entrada en galería en un biógrafo valía cerca de 1/3 de lo que costaba 1 L. de vino o 1 kg. de pan. También era una expresión cultural geográficamente desconcentrada: en 1913, 45 de 68 salas de exhibición se encontraban fuera del centro histórico de Santiago, y entre 42 y 47 se ubicaban en barrios más periféricos. Por esta misma época nacían las primeras revistas especializadas, así como las primeras películas chilenas.

La masividad del cine, que comenzó a permear con no poca resistencia hacia las capas más altas de la sociedad, acabó por verse constreñida por la reacción conservadora. Es así que en 1915 se dictó el primer Reglamento Municipal de Teatros, el cual imponía una serie de condiciones que terminaron por desincentivar la gestión popular de los cines de barrio. Su justificación estuvo siempre del lado de la «debilidad» de ciertos públicos para ver contenidos muchas veces reñidos con la moral burguesa (niños y «señoritas») y en el hecho de que muchos biógrafos informales eran sucios, precarios e inseguros (las cintas eran altamente inflamables), con pulgas, donde los espectadores comían, conversaban a viva voz e incluso dormían.

En 1925, la preocupación de la élite por la posible «influencia negativa» del cine sobre el público llegó a su ápice con la Ley de Censura Cinematográfica, la sanción de los derechos de propiedad intelectual sobre las cintas y la consolidación del star system de las grandes productoras estadounidenses, que ya desde la posguerra hegemonizaban los circuitos de exhibición cinematográfica en Chile. A la llegada del cine sonoro (fines de los años ’20) el modelo oligopólico del cine ya no tendría vuelta atrás.

Casos

Novedades

Postulación a Conferencia Internacional cierra con más de un centenar de propuestas

El pasado viernes 15 de marzo cerró el plazo para presentar propuestas de ponencias académicas o intervenciones artísticas en nuestra Conferencia Internacional de Comunicación y Cultura Popular en América Latina y el Caribe 2019 (link aquí). En total, fueron recibidas un total ciento cuarenta y dos propuestas, las cuales llegaron desde diversos puntos de la región, incluyendo […]

Martes 6 de noviembre, 20.00 hrs., en CC Estación Mapocho: Lanzamiento de libro sobre la historia de la comunicación alternativa en Chile

Lanzamiento del libro Apuntes Para Una Historia de la Comunicación Alternativa en Chile de la investigadora Chiara Sáez Baeza (ICEI, U. de Chile). En la contraportada del libro a ser lanzado mañana 6 de noviembre, es posible leer las siguientes líneas: «El objetivo de este libro es visibilizar la comunicación alternativa en Chile desde una […]

Línea de tiempo